martes, 22 de septiembre de 2009

LOS RABINOS DE NUEVA JERSEY - MINUTO DIGITAL.

Pedro Rizo Los rabinos de Nueva JerseyRedacción Publicado el 20 Septiembre, 2009


¡Rabinos acusados de tráfico de órganos…!


En estos días pongo en orden los archivos y encuentro algunos que me demandan atención sobre noticias de pasadas semanas, o meses. Así ésta de unos rabinos americanos que compraban hígados, riñones, corazones y vaya usted a saber, al precio medio de US $10.000,00 y los vendían hasta diez veces más caros. Lo que faltaba para el póker: los cambios del Papa en su Curia, Mons. Williamson, el Concilio en revisión doctrinal y, ahora, estos rabinos de Nueva Jersey que, sin duda, se amparaban en las viejas normas del Talmud. Claro que no hay por qué sorprenderse pues, aunque a veces se nos olvida, todos somos de carne y hueso y, encima, inclinados al pecado. Más aún si nos regimos por una moral acomodaticia como es el caso de los judíos cuyo pecado de naturaleza es el de la avaricia. ¿No tendrá esto que ver con la talmúdica clasificación de razas? Me dicen que probablemente la razón de que estos randas llegaran a aceptar como negocio un crimen tan horrendo es el desprecio judío por los gentiles, entre los que nos contamos, por supuesto, los cristianos. Bueno, y hasta entre ellos, que es antiguo el que se dedican de sefardíes a askenazis, por ejemplo. (Mario Muchnik, Revista Raíces.) De aquí que no nos extrañe su mayor desprecio por los no judíos, a los que se nos considera más o menos como animales con forma de hombres, según textos del Talmud expurgados por multitud de investigadores. (¿Se habrán leído los más o menos cuarenta volúmenes de que consta?) Un desprecio siempre latente aunque hoy muy disimulado en las esferas intelectuales y curiales para no estorbar el asalto a la Iglesia. Asalto que se empezó en vida de Jesús, el Hijo del hombre, y más descarado que nunca a partir del llamado “Espíritu del Concilio” - Vaticano II. Esta clasificación es algo que explica tan gran execración que, en el caso que arriba citamos, se refrendaría si solo aparecen como aprovechados los de su raza y, como estafados, los no judíos.


Tiene enjundia esta trama rabínica descubierta en Nueva Jersey. Mucho fondo esa foto con agentes federales esposando a unos orgullosos y sorprendidos rabinos. ¡Dios, y por tráfico de órganos…! Nos preguntamos qué medidas tomará la Liga Antidifamación contra estos delincuentes que dejan fané y descangayado el honor del pueblo elegido. Pensemos qué sería de nosotros si algo parecido se hubiera sospechado de un obispo católico. Los dueños del 60% de los ‘mass media’ del mundo - que les permite pasar las noticias adversas como humo de pajas - nos habrían enterrado en la ignominia con toneladas de papel prensa, noticiarios en Prime Time, minutos de you-tube…


Decíamos que la raza humana es pecadora, sí, pero es que algunos de sus especímenes inventan privilegios - leyes privadas - para que la conciencia no les moleste. Y con astucia convencen a nuestros tontos purpurados para meter sus ladinas manos en los textos y ritos sagrados suprimiendo lo que les disgusta, colocando lo que les favorece. Como harían, si pudieran, con los Evangelios en esos odiosos capítulos de su ‘memoria histórica’ donde se les increpa: “(vosotros, los judíos) sois hijos de los que mataron a los profetas. (…) ¡Serpientes, raza de víboras! ¿Cómo podréis escapar de la condenación….? He aquí que yo os envío profetas, sabios y escribas: a unos mataréis y crucificaréis, a otros azotaréis en vuestras sinagogas y perseguiréis de ciudad en ciudad, para que recaiga sobre vosotros toda la sangre inocente derramada sobre la tierra, desde la de Abel el justo… ” Por cierto, un Abel que ya hemos echado al calabozo del olvido en las asambleas del rito “ordinario”. Las terribles palabras de Cristo, Dios y hombre verdadero, Señor y Redentor nuestro, arriba reproducidas las recoge San Mateo, en el cap. 23, vs. 33 y ss. Pero San Juan, tiene otras aún más explícitas y directas en 8, 42 y ss: “Si Dios fuera vuestro padre me amaríais a mí, porque yo de Dios salí y de Dios he venido; pues no he venido de mí mismo, sino que Él me envió. ¿Por qué no reconocéis lo que os digo? Porque (…) tenéis por padre al diablo y deseáis cumplir los deseos de vuestro padre. Él era homicida desde el principio (…) mentiroso y padre de la mentira…” Textos siempre actuales, siempre turbadores y en verdad muy poco diplomáticos.


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