lunes, 27 de enero de 2014

EL ESPIRITISMO Y LA PARAPSICOLOGIA, UNA PUERTA ABIERTA AL INFIERNO

La peligrosa practica espiritista de registrar psicofonías –para muchos el sonido del más allá- han abundado en las últimas décadas. Pero ninguna de ellas ha causado tanto impacto como la grabación de 10 minutos que realizó en 1985 el parapsicólogo español Germán de Argumosa. La grabación, de por sí aterradora por su contenido, anunció además la muerte de un diplomático chileno que estaba allí en ese momento, cosa que ocurrió a los pocos meses después. El episodio transcurrió en una casona ubicada en las afueras de Madrid. Acompañado de un grupo de artistas, librepensadores y otras personalidades de la alta sociedad española de ese tiempo, bastante interesadas en el estudio de lo paranormal, el profesor Germán de Argumosa accedió, en una suerte de experimento, a dejar una grabadora en el sótano de la casona, un lugar donde por lo demás acostumbraban reunirse periódicamente, para ver si podían captar alguna psicofonía.
Tras dejar la máquina grabando en el solitario sótano de la casa, para que no pudiese ingresar ningún ruido extraño, Argumosa y todos los circunstantes subieron al salón. Allí permanecieron durante 10 minutos, lapso después del cual volvieron al sótano para buscar la grabadora. Una vez que todos se hubieron acomodado para escuchar la grabación, Argumosa retrocedió la cinta y la reprodujo para que todos la escucharan. En ese momento el terror se apoderó de la sala.
Terribles alaridos
En la cinta, donde presumiblemente no debía haberse escuchado nada, se comenzaron a oír terribles alaridos y ruidos espantosos, además del sonido de campanas y una voz masculina que decía: “Agua, agua…me ahogo”. Muchos de los presentes catalogaron posteriormente lo escuchado como “un coro del infierno”. Como si aquello no bastara, en otro punto de la grabación se escuchaba una voz de mujer, que parecía provenir del mismo averno y que decía con toda claridad: “Ya te tengo, Juan, te mataré..te matareeee”.
Muchos de los presentes apenas se repusieron de la experiencia, aunque lo más insólito se produjo tres meses después.

Entre los presentes que acompañaron a Argumosa esa noche se encontraba un diplomático de 40 años, de la embajada de Chile en Madrid, cuyo nombre de pila era…Juan. Pese a gozar de excelente salud, el diplomático murió en extrañas circunstancias, después de sufrir un presunto paro cardíaco y no sin antes pronunciar las palabras “agua, agua”.
La cinta de Argumosa fue escuchada posteriormente en su totalidad por algunos expertos europeos en la materia, quienes aseguraron no sólo que era auténtica, sino que era una de las cintas más aterradoras y realistas jamás grabadas. Hasta el mismo momento de su muerte, cuando era requerido por periodistas, Argumosa se negaba a reproducir la totalidad de la grabación, aduciendo que los primeros minutos se podían escuchar, no así los últimos, que eran demasiado espantosos.
Desde entonces, a la psicofonía registrada por Argumosa, la más famosa, terrorífica y larga en la historia de estos registros sonoros, se la conoce como “la psicofonía del infierno”.

FRAGMENTO DE LA TERRIBLE PSICOFONIA (PUEDE HERIR LA SENSIBILIDAD)

No hay comentarios:

Publicar un comentario