viernes, 20 de noviembre de 2015

"LA IGLESIA DE LOS POBRES" POR ANTONIO M.R.

Hace unos meses, leyendo un libro sobre la Madre Teresa de Calcuta encontré una cita de la misma que me hizo reflexionar sobre la situación que vive hoy en día la Iglesia, venía a decir la Beata que donde más pobreza había encontrado no era entre los desheredados de la India, ni entre las castas marginadas, o los enfermos de SIDA moribundos que atendía, sino en el Occidente materialmente rico, porque –según decía- la verdadera pobreza es la ausencia de Dios en nuestras sociedades.


La Madre Teresa de Calcuta, no solo era una campeona de la Caridad y del servicio a los más necesitados, sino que también lo era de la Ortodoxia Doctrinal, porque precisamente su amor por los pobres nacía de su amor por Cristo, y de su amor por la Iglesia. Y es que  la Madre Teresa de Calcuta no es ningún caso raro, sino que ha sido la norma a lo largo de la historia de la Iglesia donde la virtud de la Caridad y la fidelidad a la Fe transmitida por la Iglesia han estado siempre intrínsecamente unidas, e indisolublemente asociadas en la vida de los grandes Santos.




Sin embargo, hoy en día se ha invertido esta verdad en el pensamiento de una parte importante del pueblo católico, asociando caridad hacia los pobres con heterodoxia doctrinal, mientras que se acusa a los católicos que quieren ser fieles a la Doctrina de opulencia, despilfarro, corrupción, fariseísmo, inmisericordia y un sin fin de juicios temerarios únicamente basados en prejuicios irracionales y en las mentiras que en última instancia vierte Satanás sobre las almas débiles de los católicos más tibios.

La situación en realidad no es distinta a los que siempre ha sido, hemos podido ver como en el último Sínodo de la Familia, las Iglesias pobres y humildes de África y Asia han defendido valientemente la Doctrina sobre el Matrimonio, la Penitencia y la Eucaristía, mientras las Iglesias ricas y opulentas de Centroeuropa y buena parte de Occidente, defendían la infidelidad doctrinal y renegaban de forma pública de las enseñanzas de nuestro Señor Jesucristo.

Y es que al igual que pasó con el comunismo, que aludiendo hipócritamente a los pobres acababan arruinando a las Naciones enteras y empobreciendo aun más a los pobres, esta ola de heterodoxia eclesial aludiendo hipócritamente a los pobres amenaza con acabar con la mayor riqueza de la Iglesia, ser depositaria de la verdad revelada por Cristo para la salvación de las almas, abocándonos a esa “verdadera pobreza” de índole espiritual que tanto impactó a la Beata Madre Teresa de Calcuta.

No lo conseguirán, ya que Cristo ha prometido la victoria para su Iglesia sobre sus enemigos, pero mientras tanto, este pensamiento nocivo que asocia fidelidad a la Doctrina con falta de caridad para con los pobres ignorando que la pobreza material es precisamente consecuencia del pecado y de la infidelidad a la Iglesia, va socavando los espíritus de las almas tibias de buena parte de la Iglesia.


Por: Antonio Moreno Robles.

domingo, 8 de noviembre de 2015