El Partido Popular se ha lanzado este fin de semana a la carrera electoral de cara a las próximas elecciones municipales y autonómicas del mes de mayo. Como siempre ocurre con este partido, hay un sector minoritario que hace las veces de tonto útil para atraer los votos de aquellos que creen en la necesidad de que los valores cristianos jueguen algún papel en lo que queda de esta nación llamada España.
Es decir, como bien recogemos en la información que publicamos sobre la convención pepera, Jaime Mayor Oreja ha soltado las típicas frasecitas calma-conciencias asegurando que la crisis que vive España está originada por la “pérdida de valores", que su partido quiere recuperar. Es más, el eurodiputado popular ha dicho que “ha llegado la hora de defender el derecho a la vida, porque no podemos seguir abrazados a la cultura de la muerte, que es lo que ha hecho el Partido Socialista durante todos esos años“.
Si don Jaime fuera el presidente del Partido Popular, a lo mejor nos creíamos que su partido tiene intención de verdad de defender el derecho a la vida. Digo a lo mejor porque mientras el señor Mayor Oreja fue ministro en los gobiernos de Aznar, no movió un solo músculo de su cuerpo para defender el derecho a la vida. Y claro, muchos estamos ya muy hartos de oír a políticos soltar grandes discursos que luego se quedan en nada.
Pero es que además, el eurodiputado pinta menos que una mona en su partido a la hora de marcar cuál ha de ser el programa electoral. Y algunos tenemos en la memoria al señor Rajoy, que es quien de verdad manda, respondiendo a la pregunta que le hicieron sobre el aborto en un programa de televisión, en la que se sentía la mar de a gusto con la anterior ley, esa que llevaba a que en España hubiera cien mil abortos anuales. A lo mejor el señor Jaime Mayor Oreja considera que defender la vida es abolir la actual ley para regresar a la anterior. A mí eso me parece una farsa en la que se usa a los inocentes abortados como miserable bandera de enganche electoral para captar el apoyo de los cristianos que son cómplices con su voto de un sistema político partitocrático que ha acabado por arrancar el alma cristiana de España.
Ana Mato ha hecho referencia a la institución natural de la familia. El problema es que mientras ella dice eso, varios alcaldes de su partido casan la mar de felices a parejas homosexuales. Y, de hecho, cada vez que se le pregunta a Rajoy sobre esta cuestión, dice que lo primero de todo es esperar a lo que diga el TC sobre el matrimonio homosexual. Y que luego… ya veremos. Es decir que, traduciendo a la realidad el lenguaje rajoyesco, ya veremos como una vez en el poder, el PP no derogará el matrimonio gay ni así se le monten las mismas manifestaciones que se le montaron al PSOE.
A día de hoy, en relación a la posibilidad de acabar con la ingeniería social zapateril, de lo único de lo que estamos más o menos seguros respecto al PP es que retirará la asignatura de Educación para la Ciudadanía. Algo es algo, dirán muchos. Fuera de eso, el Partido Popular es más de lo mismo. Ya les vimos gobernar. Y no parece que Rajoy esté más inclinado hacia el humanismo cristiano que Aznar, quien ya mostró lo mucho que apreciaba la vida aprobando la comercialización de la píldora abortiva RU-486.
En todo caso, a estas alturas de la historia es evidente que en este país el voto provida y pro-familia es electoralmente inexistente. Aquí se pueden montar partidos políticos como UPyD o Ciutadans que suscitan el apoyo mediático de los medios liberales e incluso conservadores. Pero se desprecia, se ignora, se discrimina y se machaca a cualquier opción política que defienda los principios no negociables expuestos por Benedicto XVI en su exhortación apostólica postsinodal “Sacramentum Caritatis”. Todo ello con la mirada ausente de la inmensa mayoría de la jerarquía católica, que no parece capaz de recordar a sus fieles que, efectivamente, en democracia el voto puede y debe utilizarse a favor de dichos principios y no mantenerlo secuestrado por esa señora que vende su alma y su cuerpo y que quiere llamarse doctrina del mal menor. A mí, sólo de pensar que el voto cristiano conservador está en manos de políticos como Rajoy y Gallardón, me dan náuseas. Pero soy consciente de que, en esta cuestión, estoy en absoluta minoría dentro de lo que queda del catolicismo español.
Luis Fernando Pérez Bustamante
http://infocatolica.com/blog/coradcor.php/1101230924-ia-quien-pretenden-enganar-lo
Excelentes apreciaciones. Parece mentira que demasiada gente siga dando crédito electoral al PPsoe, a pesar del nefasto historial que arrastran. Existen multiples opciones, como AES o DN, que sostendrían la causa de la vida con muchisima más coherencia. La pena es que muchos votantes no las conocen o solo tienen una vaga imagen demasiadas veces distorsionada por los medios de comunicación asociados al PPsoe. La gente debería abandonar su letargo y buscar las opciones que ya existen.
ResponderEliminarSaludos
EXISTIENDO PARTIDOS COMO ALTERNATIVA ESPAÑOLA, HAY QUE SER OBTUSO PARA VOTAR AL PP SIENDO CATOLICO PRACTICANTE Y CREYENTE.
ResponderEliminarLa hipocresia del PP es tan evidente que asombra que aun algunos les crean. No hicieron nada contra el aborto cuando gobernaban, y dejan claro que lo unico que les importa es la economia. Solo son "gestores" que como mucho buscan mantener lo que ya existe pero no tienen interes en cambiar nada, ni tienen ningun ideal que quieran realizar y que les pueda enfrentar a la progresia.
ResponderEliminarVotarles es una perdida de tiempo. Existen otros partidos mas fiables aunque casi desconocidos por la mayoria.