Hay dos maneras fundamentales de alcanzar la salvación eterna, el conocimiento profundo y sincero del inmenso e infinito amor de Dios por el hombre, que atrae al alma irreversiblemente hacia EL, o el Santo Temor de la Justicia de Dios, del justo castigo que el pecado produce en el hombre, la naturaleza oscura y maligna del ser humano caido hace que entendamos mejor las consecuencias de la Justicia Divina.
Espero que este testimonio sirva para la conversión y el arrepentimiento y produzcan en nosotros un sano deseo de reparar y sacrificarnos por la salvación propia y ajena de todos los hijos de Dios.
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