LAS INYECCIONES DE DINERO FICTICIO DE LA FED, AMENAZAN CON CREAR UNA NUEVA BURBUJA FINANCIERA

¿Está repitiendo la Reserva Federal el mismo error que hace diez años, cuando, para promover la recuperación de EEUU y combatir la amenaza de deflación mantuvo los tipos de interés demasiado bajos y acabó creando la 'burbuja' de las 'hipotecas basura'?


Ésa es la pregunta que subyace a la publicación de las actas de la última reunión del instituto emisor, hace un mes. En ellas, queda claro que varios miembros del Comité del Mercado Abierto (el órgano que decide la política monetaria de EEUU) de la 'Fed' temen que la actual política de inyección de dinero a mansalva pueda ser contraproducente.

Las dudas tienen más relevancia porque llegaron apenas 6 semanas después de que la Reserva Federal lanzara una ofensiva sin precedentes para estimular la economía.

La Fed lleva desde noviembre creando cada mes 85.000 millones de dólares (63.500 millones de euros) para comprar bonos públicos y privados. Además, se ha comprometido a mantener los actuales tipos de interés en su nivel actual -entre el 0% y el 0,25%- hasta que la tasa de paro caiga al 6,5%. Dado que en la actualidad es del 7,9%, la mayor parte de los expertos cree que eso implica que los tipos no subirán hasta, al menos, finales de 2014.

El problema es que esa estrategia puede crear un exceso de liquidez que genere 'burbujas' en la renta fija, las materias primas y el mercado inmobiliario. Los diferenciales de la deuda entre los bonos del Tesoro, los de empresas privadas con rango de inversión y los de 'bonos basura' corporativos se están estrechando de forma dramática. Eso indica que los inversores están perdiendo miedo a los activos de riesgo, tal vez porque tengan demasiado dinero en sus manos.

Al mismo tiempo, los tipos ultra bajos y la 'relajación cuantitativa'-que es como se conoce a la compra de bonos por un banco central-, presentan un problema en el largo plazo. Cuando la 'Fed' empiece a subir tipos, existirá el riesgo de que el precio de los bonos del Tesoro se desplome. Eso podría implicar pérdidas para los inversores que, a su vez, deberían vender otros activos para poder tener liquidez. El resultado tiene una palabra: pánico.