jueves, 31 de octubre de 2013

"A LOS QUE AUN OS EMPEÑAIS EN CONFIAR EN EL PP" POR BLAS PIÑAR PINEDO

Me molesto en escribiros porque tenéis una grave responsabilidad.
Yo creo que vosotros no sois como los que viven del partido, con cargos en el mismo o repitiendo el argumentario en los medios afines. Yo creo que vosotros no sois esosprogres de la derecha que han perdido todo criterio moral e, incluso, si acaso creen en España, se ha echado en manos de Rosa Díez. Yo creo que vosotros sois mucha buena gente engañada, traicionada, aturdida, desesperada.
Vosotros sois los que os agarráis a cualquier dato para defender al partido, por muchos motivos. Pero ya no sirve ninguno. Por eso me molesto en escribiros. Porque tenéis una grave responsabilidad.
Vosotros defendéis la libertad económica, pero desde hace casi ya dos años hacéis cábalas para intentar entender por qué Rajoy subió los impuestos más que la propuesta de los comunistas.
Vosotros no soportáis la corrupción, pero comprobáis que se mantiene día tras día sin reforma alguna el gran aparato del Estado diseñado para seguir robando de todas las maneras imaginables.
Vosotros defendéis la vida, pero vamos ya por el enésimo retraso para cambiar la ley actual del aborto, y más de 200.000 abortos después, Gallardón sigue sin concretar la fecha.
Vosotros tenéis principios, y respetáis nuestra mejor traidición, porque sabéis que son los que hicieron que España venciera en la Reconquista, sostuviera un imperio, mantuviera su independencia y venciera al marxismo, pero el programa de ingeniería social de Zapatero aún recibe 522 millones en los presupuestos de 2014.
Vosotros defendéis la unidad de España, pero el Gobierno de la nación no cumple la ley en Cataluña, permite que desde allí muchos compatriotas padezcan el totalitarismo del separatismo y se reúne en secreto para buscar acuerdos siniestros con los que nos agreden a todos.
Vosotros estáis con las víctimas del terrorismo y queréis que a ETA se le aplique una justicia adecuada a sus crímenes, pero contempláis como desde todas las instituciones del Estado se favorece a los terroristas, económica, judicial y políticamente. También sufrís cuando veis que a Francisco José Alcaraz se le excluye de las reuniones con las víctimas solo porque dice a Rajoy, con coherencia impecable, lo mismo que decía a Zapatero. Vosotros sentís asco de las sentencias del Faisan o la de Estrasburgo diseñadas en los acuerdos del PP con el PSOE.
Vosotros seguís empeñados en conocer la verdad de lo que ocurrió el 11 de marzo de 2004 en Madrid, pero habéis comprobado que el PP solo estuvo interesado en la verdad un tiempo para fastidiar a Zapatero y ahora es el mejor garante de la falsa versión oficial.
Vosotros, en fin, votasteis al PP con la esperanza de borrar el zapaterismo y dos años después habéis visto ya, aunque cerréis los ojos, os tapéis la nariz, y os pongáis tapones en los oídos, que vuestro voto ha servido para mantener el aborto, para favorecer al separatismo, para proteger la corrupción del Estado autonómico, para entregar a ETA la victoria liberando etarras y para implantar un sistema impositivo confiscatorio más allá del comunismo. Habéis votado por todo eso. Duele, pero es así. No me digáis ahora que queréis confiar en el PP para que no vuelva el PSOE, porque el PSOE todavía no se ha ido. Tenéis una gran responsabilidad: no volver a votar al PP. Por favor. Por España.
Blas Piñar Pinedo

Por: Blas Piñar Pinedo

"POR UNA ESPAÑA CATOLICA" POR JAVIER PAREDES

El paisaje de la Francia prerrevolucionaria, antes de la sangrienta revolución de 1789 era católico, sobre los tejados de los pueblos destacaban los campanarios de sus iglesias y ermitas… Así escribe François Furet, uno de los grandes historiadores de la revolución y militante comunista, hasta que descubrió la gran mentira de esa ideología marxista, como cuenta en su libro El pasado de una ilusión. Y prosigue con su prosa brillante: el tiempo también era católico y estaba marcado por el ritmo de las fiestas religiosas, y el trabajo, y la diversión y la familia… En conclusión, en Francia había una sociedad católica.
Y es cierto. Tiene razón Furet, porque es posible la existencia de una sociedad católica. Es más, lo lógico es que los católicos aspiremos a construir una sociedad católica. Lo que es imposible de todo punto es construir «la» sociedad católica que exija un único y determinado modelo político y cultural. Por eso ha existido una sociedad católica en la Francia de la Monarquía absoluta del siglo XVIII, en la Polonia comunista del siglo XX o, porqué no decirlo si es verdad y de justicia reconocerlo, durante el régimen de Franco, al que más le conviene la denominación catolicismo-nacional, que nacional-catolicismo, porque durante el régimen de Franco lo católico fue sustantivo y lo de nacional adjetivo, como bien ha escrito el historiador y académico Luis Suárez. Pero para desgracia nuestra de un tiempo a esta parte han usurpado la representación social de los católicos toda una serie de personajes que han impulsado el ideal de la aconfesionalidad. Y no deja de ser paradójico que hayan impuesto esta aconfesionalidad generalizada, utilizando al más viejo estilo las instituciones eclesiásticas y apoyándose en lo que se conoce como los movimientos y las nuevas realidades de la Iglesia.
Y naturalmente han actuado desde estas plataformas, porque así se lo han permitido, si es que no les han impulsado a ello desde instancias clericales superiores. Resulta que todos estos líderes y sus organizaciones son aconfesionales, ciertamente, porque se niegan a confesar su credo católico, pero a la vez son más clericales que el rezo del breviario. Todos ellos han sido y siguen siendo promocionados en España por los medios de comunicación de la Iglesia como la COPE y 13TV, difundiendo una gran mentira al presentarles como líderes de masas, cuando la verdad es que la militancia de estas organizaciones es prácticamente nula, de manera que militancia y directivos son los mismos contingentes. Sería muy sencillo desmentir lo que yo acabo de afirmar, porque ya que estamos por la transparencia, acabemos con una sospecha generalizada. Los dirigentes de todas estas instituciones -que generalmente dicen defender la familia y la vida- podrían hacer público cuántos son los integrantes, cuál es su presupuesto, distinguiendo lo que en él procede de las cuotas de los afiliados y lo que reciben como subvención y de donde procede ese dinero público, porque de esto modo sabríamos con certeza si estos movimientos están subvencionados, en definitiva, por las instituciones gobernadas por el PP.
Porque precisamente son todos estos líderes sociales y políticos aconfesionales, los que a la vez no tiene ningún reparo en exhibirse no como católicos, que no queda aconfesional, pero sí como pertenecientes a tal o a cual movimiento o nueva realidad de la Iglesia, como si aquí estuviéramos en una peculiar competición entre ganaderías, para demostrar cuál de todas es la más brava. Autobombo que es recíproco por parte de las instituciones a las que pertenecen, ya que éstas exhiben a todos estos sujetos como trofeos, que los demás debemos imitar. Olvidándose de esta manera, no pocas veces, que los católicos a quien debemos imitar es a Jesucristo y que nuestro destino no es ni organizar «manifas», ni conquistar la Moncloa, sino llegar al Cielo con la Misericordia de Dios y contrariando nuestra naturaleza caída, que tiende con más facilidad al pecado que a la virtud.
Y por esta intrincada estrategia, los líderes aconfesionales y sus mentores acaban negando para los católicos el más elemental derecho a la libertad política. Porque todos estos líderes y movimientos a los que me refiero, por la vía de los hechos, han establecido al PP como el partido único de los católicos, al que perdonan todas sus desviaciones anticristianas con la doctrina del mal menor. Así las cosas la afirmación religiosa de que «fuera de la Iglesia no ha salvación», ha sido bastardea por el lema de que «los católicos españoles fuera del PP no tienen nada que hacer».
¿Qué sucede cuando alguien, rechazando el clericalismo que ellos practican, levanta para un partido político o una asociación la bandera de la doctrina social de la Iglesia, porque prefiere manifestar su confesionalidad católica, frente a esa anodina e infecunda aconfesionalidad oficial y clerical del sistema? Pues sencillamente, al atrevido se le fulmina sin piedad y se le hace desaparecer de la vida social, no vaya a ser que su coherencia deje al descubierto las toneladas de hipocresía y fariseísmo que se esconde tantas veces debajo de la aconfesionalidad de los líderes sociales y políticos en le España actual, empeñados en hacernos creer a los demás la gran mentira en la que ellos han instalado su chiringuito, para que no nos demos cuenta de que -con todos los defectos, falta de reconocimiento y carencia de medios- no hay proyecto más coherente e ilusionante que trabajar por una España católica.

Javier Paredes

Por: Javier Paredes

martes, 29 de octubre de 2013

SEIS RAZONES PARA NO CELEBRAR HALLOWEN



1. NO es una actividad cristiana. Los católicos, nunca hemos celebrado y nunca celebraremos una noche dedicada a la exaltación de la brujería, del satanismo y del espiritismo, en ninguna de sus formas.

2. Va contra las enseñanzas de la Iglesia Católica. Jesús está en contra de la brujería en todas sus formas: espiritismo, hechicería, adivinación, lectura de cartas, horóscopos, astrología y tantas máscaras con que se encubre la maldad. Estas han sido declaradas enemigas de la Fe desde tiempos muy remotos y van contra todas las enseñanzas de nuestro Señor, quien dice claramente que "el que no está conmigo está contra mí". Hay innumerables referencias bíblicas donde se condena el uso de toda estas clases de prácticas malignas. 

3. NO es una tradición española. Como ocurre siempre que se importan actos culturales diferentes a los nuestros, el verdadero significado queda relegado a una simple imitación. Jamás se ha celebrado como parte de nuestra cultura e idiosincracia hispánica una noche dedicada a la brujería y a la magia. 

4. Sirve para rendir culto a satanás. Aunque en apariencia es una actividad recreativa y muy llamativa, sobre todo para los niños, su verdadero significado sigue oculto a nuestros ojos. En muchos países, incluyendo el nuestro, los grupos satánicos usan esa noche para un "culto" especial dedicado a satanás y en muchos países alrededor del mundo, se hacen sacrificios humanos, sobre todo de niños que han sido secuestrados de sus hogares y que son ofrecidos como víctimas inocentes en una noche de lujuria, drogas, alcohol y toda clase de desenfrenos, en las llamadas "misas negras".

5. Se opone al primer mandamiento. Este tipo de actividades, ni exalta el nombre de Jesús, ni tiene nada que ver con su Padre Celestial y mucho menos con el Espíritu Santo. Por lo tanto, va en contraposición al primer mandamiento de amar a Dios con toda nuestra alma, nuestra mente, nuestro corazón, con todas nuestras fuerzas, en fin con todo nuestro ser.


6. Contamina y esclaviza a nuestros niños. No hay magia blanca y magia negra, no hay brujas buenas y brujas malas. Toda la actividad demoníaca se disfraza y se oculta para ganar adeptos. Jesús dijo: "Dejad que los niños vengan a mí y NO SE LO IMPIDÁIS, porque de los tales es el Reino de los Cielos". 




viernes, 25 de octubre de 2013

UNA TAQUIGRAFA ARREMETE CONTRA LOS MASONES EN EL CONGRESO DE EEUU

Una taquígrafa protagonizó un alboroto durante la votación sobre el techo de la deuda en el Congreso estadounidense con gritos contra los masones y canciones patrióticas.
Un enérgico discurso sobre Dios, los masones y la Constitución durante la votación, crucial para EE.UU., sobre el techo de la deuda en la Cámara de Representantes del Congreso estadounidense, interrumpió la solemnidad del acto que salvó al país del impago.

"¡Estados Unidos no es una nación ante Dios y nunca lo fue! ¡Nunca lo fue! Porque los masones escribieron la Constitución. ¡Ellos están contra Dios!" 

La mujer, identificada como Dianna Reidy, sorprendió a todos cuando, en plena votación, subió al estrado, se hizo con el micrófono y gritó: "¡Alabado sea Dios, Jesucristo!" 

La congresista Ileana Ros-Lehtinen, que presidía la sesión, intentó frenar el escándalo golpeando la mesa con la maza para restablecer el orden.

Pero Reidy no se daba por vencida y contraatacó "¡No puedes servir a dos amos!". Acto seguido, y mientras se la llevaban los agentes de seguridad, comenzó a cantar 'God Bless America' ('Dios bendiga a Estados Unidos'), una conocida canción patriótica. 

viernes, 18 de octubre de 2013

HISPANIA LUX MUNDI VS HISPANIA IN TENEBRIS

A lo largo de los Siglos, son muchos los ejemplos de Naciones cristianas que han caído en desgracia en un momento determinado de su historia seducidas por los susurros del Maligno. Ejemplos de esto son: Francia tras la Revolución masónica-jacobina, Méjico bajo la tiranía del masón Plutarco Elías, o la misma España bajo el Gobierno ilegítimo del Frente Popular, que acabó originando la gran tragedia que supuso nuestra Guerra Civil.

 Quizás, el ejemplo más conocido por su cercanía histórica y por su magnitud universal, es el de Rusia. El derrocamiento de la monarquía cristiana, y la posterior caída de una gran Nación como Rusia en manos de una ideología materialista y atea como era el comunismo, provocó que hasta la Madre de Dios bajase de los cielos con un mensaje urgente dado a unos humildes pastorcitos de Portugal, con el cual, se advertía a la humanidad entera de la urgencia de la conversión de dicha Nación. La Madre de Dios, sabía perfectamente de las consecuencias nefastas que la instrumentalización de un país tan poderoso como Rusia por parte del mal, traería también para toda la humanidad.

Se puede comprobar a través de la historia, que cuando el mal ataca a un país siempre lo hace siguiendo los mismos patrones. El Demonio siempre usa las mismas mentiras y estratagemas, con las seducciones propias de la idiosincrasia del hombre de cada época o lugar.

Los mecanismos por los que una Nación cae bajo el influjo de las fuerzas del Infierno los podríamos resumir en las siguientes tres fases:

1º - Se produce un enfriamiento de la Fe, los buenos sin abandonar del todo su buen camino se relajan en las costumbres dando lugar a la tibieza en sus corazones, los malos siguen siendo malos pero se envalentonan en su maldad, de esta manera empiezan a esparcir su veneno ante la relajación generalizada de la sociedad, al principio de manera sibilina, conforme su éxito aumenta lo van haciendo de manera cada vez más abierta y descarada.

2º- Cuando Satanás logra apartar los corazones de las gentes de su Creador, presenta su plan de pecado con un aspecto seductor, ya sea en forma de sistema ideológico que venga a colmar las aspiraciones de los pueblos, ya sea en forma de pseudoespiritualidad que venga a llenar el vacío de los hombres que han expulsado a Dios de sus corazones. Satanás nos conoce, y sabe que engaño proponer en cada momento en base a las miserias propias del corazón humano de cada época. Aunque en formas diversas, la tentación siempre es la misma, la de una vida autónoma de Dios, la auto divinización del hombre en un paraíso terrenal sin Dios y con el pecado como máxima aspiración social.

3º- Cuando el pecado ha logrado extender su influjo en toda la sociedad, el malo se endurece en su maldad, la gran masa de tibios producto de la relajación de costumbres buscan el camino fácil, siguen la corriente apoyando los patrones sociales promovidos por los agentes del maligno y aceptan doctrinas y principios perversos con tal de vivir una vida cómoda en relativa tranquilidad, mientras tanto, los buenos tienen que luchar en un entorno hostil para no caer en la corriente general que lleva a la perdición, esta es la fase en la que se produce la corrupción del bien. El Evangelio nos enseña que cuando alguien que ve la Luz de Dios, vuelve a sus tinieblas, su estado último viene a ser peor que el primero, la seducción primera con que Satanás presentó su plan de pecado empieza a mostrar su verdadera cara en forma de trágicas consecuencias, ejemplos hay muchos: crisis consecuencia de sistemas económicos egoístas y usureros, disturbios civiles o terrorismo por la propagación del odio entre las clases, etnias o territorios, frustración ante la falta de perspectivas de futuro , etc. Cada modelo basado en el pecado produce un desorden en ese mismo campo donde actúa.

4º- Cuando el pecado muestra sus consecuencias en forma de Guerra, Hambre, Crisis, Muerte, etc., el hombre siempre se plantea dos caminos en su corazón:

- Admitir su culpa, hacer penitencia, y reparar el mal para que desaparezcan la consecuencia del mismo.
- Endurecerse en su mal, tomar una actitud soberbia, culpar a los demás de su situación y buscar la responsabilidad del desastre en todos menos en uno mismo. Este camino conduce rápidamente a la desesperación, primero individual, después colectiva.

Es en este punto cuando Satanás usa como marionetas a las ingentes masas humanas que han caído en la desesperación movidas por la soberbia, el odio y la incapacidad de reconocer su culpa y de buscar soluciones basadas en Dios. Podemos ver a lo largo del S. XX, que de este tipo de desesperación colectiva han surgido los grandes movimientos materialistas, ateos, y paganos, que asolaron física y espiritualmente a Europa y al Mundo entero dejando un reguero de destrucción que costó cientos de millones de muertes y dejó muestras de un grado de crueldad por parte del ser humano nunca visto hasta ese momento.

España en una encrucijada histórica.

La situación actual de España, es hoy peor que la de aquellas Naciones que en el pasado cayeron en el abismo de las desesperación consecuencia del pecado, hablamos de una Nación que hasta hace poco era Luz del Mundo, Evangelizadora de pueblos y Patria de la Inmaculada Concepción; hablamos de una Nación que ha dado a grandes místicos como San Juan de la Cruz o Santa Teresa de Ávila a la Iglesia Católica, hablamos de una Nación que con las miserias propias de esta humanidad, se mantuvo siempre fiel a la Cruz y a nuestro Señor a lo largo de la historia.

España es un país que hace aproximadamente medio Siglo, comenzó un camino hacia su apostasía formal , no voy a exponer aquí los mecanismos por los que los enemigos de Dios han llevado a nuestra Patria a su actual situación, porque sería muy largo de explicar, pero el caso es, que hoy España ha dejado de ser una Nación católica para convertirse en lo peor que se puede ser, una Nación apostata que después de abrazar la Verdad de Dios ha entregado su alma al paganismo, al desorden y a la inmoralidad.

Las consecuencias de esta trágica apostasía, ha sido la adopción de políticas en todos los ámbitos de la sociedad basadas en el pecado. Llevamos décadas promoviendo la inmoralidad en la Sociedad, en la Economía, en la Educación, en la Familia, y en definitiva, en todos los ámbitos de actuación humana que puede tener un país. Como consecuencia de la extensión del pecado, ha sobrevenido primero una crisis moral sin precedentes, donde la destrucción de la Familia, el asesinato de los niños por nacer, o la promoción de los vicios sexuales y desordenes de todo tipo, han tenido como consecuencias una crisis generacional, otra crisis demográfica y por último, una crisis material que tiene su máximo exponente en una recesión económica que ha dejado a más de seis millones de personas en la calle.

Los males de España, no solo se han extendido por nuestro suelo, la promoción del aberrosexualismo o del aborto ha traspasado nuestras fronteras y ha llegado a los pueblos hermanos de Hispanoamérica, que siempre han tenido a la Madre Patria como espejo y como ejemplo a seguir en su devenir histórico. Donde antes se exportaban misioneros, Santos, Fe, amor y esperanza, ahora se exporta el vicio, las degeneraciones sexuales, el aborto o el libertinaje. Así, la corrupción espiritual de España no solo es un mal nacional, sino que es un mal Universal que he llegado ya a los pueblos que antaño estuvieron bajo la tutela de nuestro Imperio.

¿Y ahora qué?

Como ha pasado tantas veces en las que una Nación se ha enfrentado a una crisis existencial, se levantan las voces de tres corrientes de pensamiento bien definidas.

1º- Los que quieren que todo siga igual: Es decir, aquellas personas que han vivido de este sistema corrupto, que se han beneficiado económica o socialmente de la decadencia generalizada, y que por tanto tienen interés en seguir haciéndolo. En este grupo podemos ver a la masa de políticos afines a la partitocracia que con sus políticas han propiciado el mal generalizado, a las elites económicas y financieras que se han enriquecido apoyándose en el pecado de la usura y de la estafa para ello, y al resto de lacayos afines que en los diferentes ámbitos de la sociedad se han aprovechado de la desgracia y de la ignorancia de las gentes.

2º- Los que quieren que todo vaya a peor: Son los voceros del odio, aquellos buitres que se arremolinan en torno al cadáver para desgarrar y rapiñar los restos ya pútridos del cuerpo en descomposición, hablamos del cadáver de la Nación Española que quiere ser dividido, desgarrado y triturado para el disfrute de los alimañas carroñeras de nuestro tiempo. En este grupo, se enmarcan los voceros del mal de siempre, que vienen a proponer los mismos sistemas fallidos ya caducos consistentes en la promoción del odio entre las clases sociales, los territorios de la Nación o cómo no, hacia la Fe del pueblo (La Iglesia Católica).

3º- Los que quieren que todo vaya a mejor: Por último, están aquellos (habitualmente los menos), que han visto las causas del desastre, que han aprendido la lecciones de los errores cometidos, y que quieren reparar los males que han llevado a la Nación a la situación límite que vive. Son los que claman en el desierto contra la crisis moral, por una legislación en base a los valores cristianos de nuestra Patria, por la promoción de la natalidad y de la educación como garantía del futuro, aquellos que luchan por la abolición de los grandes males del aborto, del divorcio, de las injusticias sociales, económicas y políticas, del egoísmo fraticida y del mal en sus diferentes expresiones.

Conclusiones.


Para España solo hay un camino que lleva a la salvación, y ese camino pasa por volver a recuperar la Fe Católica como pilar central del vigor espiritual de nuestro pueblo, recuperar un espíritu de caridad y fraternidad entre las gentes y los pueblos que componen España, y ser fieles a la Doctrina Social de la Iglesia para evitar las injusticias en los ámbitos económicos, sociales y políticos que son el sustrato donde crecen las ideologías del odio y la soberbia. Solo este camino puede llevar a España a su salvación, España será católica o será escombros y esto dependerá de si vuelve o no al Dios que la constituyó como Nación cristiana en la historia.

Por: Antonio Moreno (Coordinador del Rosario por España)

martes, 15 de octubre de 2013

JOSE SANCHEZ DEL RIO, NIÑO MARTIR POR CRISTO REY

El combate había sido sangriento y más duro que en otras ocasiones. Esta vez también José Luis y sus compañeros cristeros se encontraban en una notable desventaja numérica, ya que los soldados federales eran diez veces más que los defensores de la fe.

“¡Mi general, aquí está mi caballo: sálvese usted, aunque a mí me maten! Yo no hago falta, y usted sí.”
Le había dicho José Luis, en una rápida y valiente determinación, a su jefe Luis Guízar Morfín, cuando los federales mataron a su caballo de un balazo. Entonces José Luis se acercó sin vacilar, saltó ágilmente de su montura y la entregó a su jefe, quien le dirigió una última mirada de aprecio y, dándole las gracias, se alejó para reunirse con otros cristeros que también se replegaban.


Aquel lunes 6 de febrero de 1928 por la mañana, el grupo de soldados cristeros que comandaba el general Luis Guízar Morfín había sido sorprendido cerca de Cotija, Michoacán, por fuerzas muy superiores en número del general callista Anacleto Guerrero. Los cristeros se vieron obligados a combatir, pero por la escasez de municiones para sus rifles y por ser menos, se iban replegando hacia una loma para organizar su retirada, mientras disparaban las balas de que disponían. La cosa se volvió desesperada en esta ocasión para los cristeros, quienes raramente volvían la espalda al enemigo. Entonces, los que no habían caído muertos cayeron prisioneros, y entre estos últimos estaba también José Sánchez del Río. 


José Luis (así le llamaban sus compañeros cristeros), con apenas 13 años de edad, se había enrolado en las filas del glorioso ejército de los cristeros, que defendían su fe y proclamaban que Cristo era Rey de su Patria, por encima de la opresión que el gobierno del masón Plutarco Elías Calles ejercía sobre todos los católicos mexicanos. Eran los tiempos de la persecución religiosa y de los mártires de Cristo Rey.


“Me han hecho prisionero porque se me acabó el parque, ¡pero no me he rendido!” Dijo el valiente niño cristero al general Anacleto Guerrero, cuando esa tarde lo llevaron ante su presencia, en el cuartel de Cotija. Normalmente, los soldados del gobierno fusilaban o colgaban de los árboles de la plaza o de los postes de telégrafo a todos los cristeros que capturaban vivos. Actuaban así para asustar y escarmentar a los pacíficos ciudadanos y a todos lo que apoyaran la causa cristera.


“Tú lo que eres es un mocoso que no sabe en lo que lo están metiendo. ¿Quién te manda combatir al gobierno? ¿No sabes que eso es un delito que se paga con la muerte?”


Lo reprendió el general callista, en tono amenazador. A continuación, en vez de fusilarlo como a los otros cristeros aprehendidos en el combate, mandó meter a José Luis en la cárcel de Cotija para hacerlo reflexionar y asustarlo, pensando que así dejaría la causa cristera. Ya había pensado que al día siguiente se lo llevaría prisionero a Sahuayo, su lugar natal, para presionar a sus familiares y darle un escarmiento al pueblo católico. Pero Dios tenía también otro plan para valerse de su futuro mártir y recibir la gloria que solamente a Él le es debida.


Época de héroes y mártires


A más de 70 años de aquellos hechos, en el corazón católico de México todavía se guarda con orgullo y admiración el recuerdo de los valientes héroes y mártires que en los años de la persecución religiosa morían confesando su fe católica: “¡Viva Cristo Rey!” “¡Viva la Virgen de Guadalupe!” De muchos de ellos se conservan algunos objetos humildes pero venerados como preciadas reliquias por la gente: quizás un viejo sombrero, unos huaraches ensangrentados, el rosario encontrado en la bolsa del pantalón del mártir, el pañuelo que llevaran atado al cuello o la cuerda con que ahorcaron a los mártires, en los pueblos y lugares donde murieron. 


Sigue vivo el recuerdo agradecido hacia aquellos hombres, mujeres y niños que murieron gritando el santo nombre “¡Viva Cristo Rey!, ¡viva santa María de Guadalupe!”, con el último aliento que les quedaba en sus pulmones para testimoniar que Jesucristo vive eternamente. Los relatos de sus hazañas se han transmitido de abuelos a padres y de éstos a sus hijos, entre los peregrinos de Cristo Rey.


¿Cuál es el testimonio y mensaje que nos dan los mártires? Con el ejemplo de su muerte heroica, los mártires nos están enseñando que ellos obedecían al Rey del cielo y no al tirano de aquí abajo que los maltrataba, mientras pisoteaba sus más sagrados derechos, porque no era posible que ningún poder humano o sobrehumano borrara la presencia de Cristo en el corazón de las personas. Allí estaban ellos para confesarlo. 
Católicos ahorcados por los soldados federales junto
a la vía del tren, estado de Jalisco


Los humildes mártires de Cristo Rey en México eran gente sencilla del pueblo; profundos creyentes. Murieron no por desprecio a la vida, sino movidos por la certeza de que recobrarían su vida en la gloria eterna por el amor de Cristo Rey, en quien tenían depositada toda su confianza. 

Hace dos mil años, cuando el apóstol san Pedro dijo a los judíos: “Juzgad si es justo delante de Dios, obedeceros a vosotros más que a Dios” (Hechos de los apóstoles 4,19), dejó muy claro lo que todos los buenos católicos, en cualquier época, debemos hacer para defender nuestra fe y los derechos de Dios por encima de los cálculos humanos. Estas palabras se han repetido miles de veces a lo largo de la historia, cada vez que los mártires confesaron públicamente su fe delante de los tiranos perseguidores que han querido borrar el nombre bendito de Cristo del corazón de la gente.


También los mártires mexicanos supieron responder al gobierno perseguidor del presidente masón Plutarco Elías Calles y sus secuaces, quienes fueron los causantes de la violenta persecución religiosa, de 1926 al 1929, contra la Iglesia católica en México. 


Una de las características que mejor resalta en los mártires es ésta: cuando todas las circunstancias se pusieron difíciles en extremo, ellos ya habían optado por obedecer a Dios antes que a los hombres, sabiendo que la consecuencia podría ser la muerte. No se creían superhéroes, eran muy conscientes de su propia debilidad humana, pero la conciencia de tener que estar a la altura de su misión, y la fe y el amor de Jesucristo los hizo mantenerse fuertes en el instante supremo.

Durante aquella persecución religiosa en México, se dieron casos conmovedores de martirios heroicos, como el del niño José Sánchez del Río, natural de Sahuayo, Michoacán . 


José tenía apenas 14 años en 1928 cuando los soldados del gobierno lo tomaron prisionero cerca de Cotija, después de un combate. Lo condujeron a su pueblo natal, Sahuayo, donde los soldados del gobierno intentaron hacerle renegar de su causa cristera e incluso que se pasara a su bando para luchar contra los cristeros. José siempre rechazó indignado todas esas propuestas. Después de los vanos intentos, decidieron acabar con él. 
Primero lo torturaron cortándole las plantas de los pies, para después obligarlo a caminar con sus pies sangrantes por las calles empedradas del pueblo hasta el cementerio, donde finalmente lo remataron. Mientras lo conducían los soldados hacia el camposanto, el niño cristero no cesaba de aclamar a Cristo Rey ante el asombro y rabia de los soldados, y la admiración del pueblo que presenció su martirio. Al llegar al lugar, lo colocaron al lado de una zanja, mientras él seguía gritando vivas a Cristo Rey. Entonces se abalanzaron unos esbirros contra él y lo cosieron a puñaladas y a tiros. Cayó en el hoyo y lo taparon, retirándose después satisfechos de su hazaña. 


No faltaron corazones valientes


No pensemos que se trata de un hecho aislado, porque casos como el de José Sánchez del Río son conocidos por centenares en los lugares donde se desarrolló la epopeya de La Cristiada. Se guardan en la memoria fiel de los viejos, quienes entonces eran niños o jóvenes cuando ocurrieron los hechos, y también fueron transmitidos de boca en boca a las siguientes generaciones para que no olvidaran el testimonio de sus mayores. Muchos valientes mártires cristeros de toda edad y condición social, niños, jóvenes y adultos, ofrecieron generosamente su sangre por confesar a Cristo y defender la libertad religiosa, y esto ocurrió principalmente en los estados de Jalisco, Guanajuato, Michoacán, Colima, Zacatecas, Coahuila, México, Durango, Tabasco y Guerrero, que son los lugares donde la persecución fue más violenta. En aquellos años difíciles, la idea de ser mártir por Cristo Rey era común y no era extraña a la gente:


En aquel entonces la gente tenía bien clara la idea del martirio, y a lo que se exponían los cristeros. Tanto es verdad que mi pobre madre, q.e.p.d., doña Petra Rivas, que era muy cristera y llevaba ropa y alimentos a los sublevados, me decía a mí: “Yo quiero un hijo mártir. ¿Por qué no te vas con ellos?” Yo le respondía: -Mamá, yo no sirvo para eso ni sé montar a caballo; basta con que yo sea confesor. 

Vamos, pues, a conocer el caso de un valiente muchacho michoacano, sencillo y normal como sus coetáneos, pero que fue mártir de Cristo Rey. Su gesto heroico lo ha convertido en un ejemplo luminoso de fe para todos los adolescentes y jóvenes de hoy, pero también para los adultos, en este mundo difícil donde también es necesario defender la fe católica con el propio testimonio de vida. 
Es probable que Dios no nos pida a nosotros derramar la sangre como a ellos, pero sí nos pide ser valientes y tener el mismo corazón heroico para no callar delante del mal; para defender nuestros valores cristianos ante otras personas cuando son atacados y, sobre todo, para saber decir siempre un NO rotundo y firme al pecado en nuestras vidas. 




José Luis

José Sánchez del Río, valiente cristero martirizado a los 14 años de edad.
Se trata de un caso conmovedor, verdaderamente singular entre los mártires que regaló La Cristiada a México y a la Iglesia. José había nacido el 28 de marzo de 1913 en la población de Sahuayo, Michoacán, siendo hijo de Macario Sánchez y María del Río. En la iglesia parroquial de su pueblo, recibió el bautismo el 3 de abril del mismo año, y allí mismo recibió los sacramentos de confirmación y comunión años después. 
José fue un niño travieso y alegre como todos los niños. Jugaba a las canicas, corría con sus amigos por las calles empedradas y se iba al campo a cazar palomas güilotas con la resortera. Su afición por los caballos y a la vida campestre le fue normal desde pequeño, como a los demás chicos de Sahuayo.

En su casa conoció la pobreza y el trabajo desde pequeño, pero sobre todo, creció rodeado de unidad familiar y de los valores cristianos que dan sentido a la vida: la fe, la caridad hacia propios y extraños, concretados en una piedad sólida que le transmitieron sus padres. Desde que hiciera su Primera Comunión, José había tomado la decisión de cultivar una amistad sincera y fiel con Jesús.

La casa donde nació José ya no pertenece a la familia Sánchez del Río. La vendieron y no hay ni siquiera una placa que indique su natalicio. La casa se sitúa en el número 136 de la que fuera Calle Tepeyac, en Sahuayo, y a la que después le fue cambiado el nombre por calle Rafael Picazo, el diputado federal por el Distrito de Jiquilpan, quien precisamente mandó asesinarlo. Es en verdad extraño que la calle lleve el nombre del verdugo y no el de la víctima; precisamente al revés, como ocurre en muchas otras situaciones de nuestro mundo.
José había nacido en el amplio período conocido como la Revolución mexicana: aquélla fue una época muy difícil para las familias, los pueblos y ciudades de todo el país, por los episodios de violencia constante que se desarrollaban entre las diversas bandas de revolucionarios que se disputaban el poder.

Entonces la muerte se veía con más naturalidad que ahora: no era raro que cuando llegaba la noche, los vecinos escuchaban las balaceras y los gritos de los revolucionarios, junto con el ir y venir de sus caballos. Se oían relinchos mientras el jinete disparaba o caía muerto. Por la mañana, las mujeres que iban a misa y los hombres que salían a sus labores en el campo podían fácilmente encontrarse con cadáveres de revolucionarios o de gente pacífica, en el arroyo de la calle empedrada o detrás de alguno de los portales de la plaza. Por eso la gente era más religiosa y se preocupaba por estar preparada para dar el paso a la vida eterna, que en asegurarse un porvenir entre las cosas inestables del mundo.

Cuando José tenía 12 años estalló la guerra de los cristeros, o sea, el alzamiento de aquellos campesinos creyentes y jóvenes de la Acción Católica que lucharon en defensa de sus más sagrados derechos contra las leyes injustas del gobierno federal. La región donde él vivía era cien por cien cristera y, desde el inicio del alzamiento, los hombres y mujeres del occidente de Michoacán se distinguieron por su defensa valiente de la fe y de los derechos sagrados de Cristo. Gente de diversos pueblos como Cotija, Sahuayo, Jiquilpan, Santa Inés, Los Reyes y de otros lugares de la región, combatían por la causa de Cristo Rey y la defensa de sus derechos humanos más elementales, como es la libertad religiosa.

José se daba cuenta perfectamente de la situación y también la sufría en carne propia, puesto que su pueblo natal, Sahuayo, se encontraba en una de las zonas más cristeras, donde el apoyo de la gente era masivo a favor de la religión y de sus valientes defensores. No fueron pocos los atropellos que sufrió la gente pacífica de Sahuayo por parte de soldados del gobierno, por el hecho de proclamarse cristeros.




¡Quiero ser cristero!


José veía a los valientes cristeros que pasaban veloces en sus caballos por las calles de su pueblo, les oía gritar con gallardía: ¡Viva Cristo Rey!, ¡viva la Santísima Virgen de Guadalupe!, escuchaba los relatos que contaban los mayores sobre sus hazañas en el campo contra los perseguidores de Cristo. ¡Él también soñaba en irse con ellos para defender los derechos de Cristo Rey en su Patria!


Pero había un problema: sus papás no se lo permitían debido a su corta edad. José no se desanimó, y tanto insistió que, después de escribir varias veces, con apenas 13 años logró que le permitieran enrolarse en las fuerzas cristeras que luchaban al mando del general Prudencio Mendoza, jefe de los cristeros de la zona de Cotija y sus alrededores. 


El general Mendoza, viendo la resolución y ánimos de José por ser cristero, lo admitió finalmente en la tropa. Durante los primeros siete meses no le fue permitido usar aromas, pero sirvió como ayudante de los soldados cristeros. José era bastante apreciado en la tropa cristera porque desde el inicio se distinguió por su servicialidad. Se le veía por todos lados del campamento, engrasando las armas, friendo los frijoles de la comida, cuidando que a los caballos no les faltara agua y pastura. 

A su mamá, que con razón se oponía a sus deseos de ir a la lucha, debido a su corta edad, José le respondía: 
“Mamá, nunca ha sido tan fácil ganarse el cielo como ahora” . 


El general Prudencio Mendoza se movía con sus soldados cristeros por diversos puntos de Michoacán para emprender acciones de guerra, y viendo que era muy peligroso para la corta edad de José, lo dejó a las órdenes y cuidado del jefe cristero Luis Guízar Morfín, y José le sirvió como ayudante de campo. Desde el primer momento que entró como cristero, José se mostró valiente y leal con sus jefes, participando en la vida de privaciones que llevaba la tropa, durmiendo a veces en cuevas o en medio de tupidos bosques y comiendo la escasa comida compuesta de frijoles y tortillas, muchas veces endurecidas y frías, pues no siempre era posible preparar fogatas para calentar con calma los alimentos.

Con los demás cristeros, José rezaba todas las noches el santo rosario a María Santísima, antes de acostarse y descansar de la dura jornada. Era una vida de sacrificios y privaciones por amor a Cristo Rey y su Madre Santísima, la Virgen de Guadalupe. 

¡Pero No me he rendido!
Así iban las cosas, cuando el 5 de febrero de 1928, durante el transcurso de un combate entre los cristeros y fuerzas federales en las inmediaciones de Cotija, el caballo del jefe Guízar Morfín resultó muerto de un balazo. Entonces, el valiente niño cristero saltó de su montura y se la ofreció a su jefe dirigiéndole estas palabras:
“Mi general, aquí está mi caballo. Sálvese usted aunque a mí me maten. Yo no hago falta y usted sí.”
El jefe Guízar Morfín pudo ponerse a salvo, pero quedó muy conmovido por su gesto de valentía y generosidad. Como era de prever, José quedó hecho prisionero, quien al igual que a otros cristeros, condujeron maniatados a Cotija. Allí se encontraba el general callista Guerrero, quien lo reprendió por combatir contra el Gobierno. José le replicó: 


“Me han aprehendido porque se me acabó el parque, pero no me he rendido”. Con él también cayó prisionero otro joven algo mayor de nombre Lázaro, originario tal vez de Jiquilpan. 
Desde Cotija, José escribió a su mamá esta hermosa carta: 

“Cotija, Mich., lunes 6 de febrero de 1928.
Mi querida mamá:
Fui hecho prisionero en combate en este día. Creo que en los momentos actuales voy a morir, pero nada importa, mamá. Resígnate a la voluntad de Dios; yo muero muy contento, porque muero en la raya al lado de nuestro Dios. No te apures por mi muerte, que es lo que me mortifica:
Antes diles a mis otros dos hermanos que sigan el ejemplo de su hermano el más chico, y tú haz la voluntad de Dios. Ten valor y mándame la bendición juntamente con la de mi padre. Salúdame a todos por última vez y tú recibe por último el corazón de tu hijo que tanto te quiere y verte antes de morir deseaba.
José Sánchez del Río.”
 

Problemas con los gallos
Ambos quedaron apresados en Cotija, pero después fueron trasladados a Sahuayo el 7 de febrero. Con los brazos bien atados, José y Lázaro fueron metidos en la iglesia parroquial, que el diputado Rafael Picazo había manchado convirtiéndola de Casa de Dios en un gallinero; allí, el tal Picazo guardaba sus gallos de pelea. José se indignó a la vista de aquel ultraje contra la casa de Dios. No lo pensó dos veces y una vez que logró desatar sus manos de las ligaduras, se dedicó esa noche a retorcer el pescuezo de los gallos de Picazo. Acabada su tarea, se recostó en un rincón y se durmió. 

El día siguiente, 8 de febrero, al enterarse el diputado Picazo de la suerte que habían corrido sus gallos, se presentó iracundo en la iglesia parroquial y con palabras gruesas e insultos recriminó a José su acción. Éste le contestó: 


“La casa de Dios es para venir a orar, no para refugio de animales.” 


Picazo lo amenazó diciéndole que si estaba dispuesto a todo. La respuesta del valiente cristero no se hizo esperar: 


“A todo. Desde que tomé las armas estoy dispuesto a todo. ¡Fusílame!, para que yo esté luego delante de nuestro Señor y pedirle que te confunda.”


Esto fue la gota que volcó el vaso de la ira en Picazo, aquel enemigo acérrimo de los cristeros. Ahora sí, sin remedio, la muerte de José Luis y la de Lázaro su compañero de prisión, eran seguras. En el transcurso de esa mañana, miércoles 8 de febrero, los familiares de José les llevaron el almuerzo, pero el angustiado Lázaro no tenía apetito ni ánimos. José, que era unos años menor pero poseía mayores ánimos, le dijo entonces:
“Ánimo, Lázaro. Vamos comiendo bien. Nos van a dar tiempo para todo y luego nos fusilarán. No te hagas para atrás. Duran nuestras penas mientras cerramos los ojos.”

A las cinco y media de esa tarde sacaron a Lázaro para ahorcarlo y José fue obligado a ponerse junto al árbol de la ejecución. Y colgaron a Lázaro. Al cabo de unos minutos de colgado lo creyeron muerto, bajaron su cuerpo y lo arrastraron al cercano cementerio, donde lo abandonaron. Pero Lázaro no estaba muerto, se reanimó y huyó trabajosamente. 


A José lo llevaron allí para asustarlo y ver si renegaba de su fe en Cristo, pero él se dirigió a los verdugos y con gesto enfático les dijo que también a él lo mataran. Sin embargo, al ver que no habían logrado asustarlo ni que renegara, volvieron a meterlo en el templo y allí quedó encerrado solo. 

Mi vida por cristo. ¡viva cristo rey!


Entre tanto, el papá de José ya estaba haciendo gestiones desesperadas para intentar rescatarlo con dinero. Pero el callista general Guerrero exigía cinco mil pesos a cambio de la libertad de José, una cantidad que en aquel entonces era una fortuna. El afligido padre no podía reunir tan enorme suma, y ofreció en cambio su casa, muebles y cuanto poseía. El diputado Picazo vociferó que de todos modos, con dinero o sin él, “en las barbas de su padre lo mandaría matar”. 


Entonces, José se enteró de los esfuerzos que hacía su familia para liberarlo y pidió que no se pagara por su rescate ni un solo centavo. José ya había hecho su resolución de morir antes que traicionar en lo más mínimo a Cristo Rey. Todo el pueblo de Sahuayo sabía lo que pasaba y reza-ba por José y su familia. La tensión por lo que se veía que iba a suceder con el niño cristero crecía a medida que pasaban las horas.
Enterado ya de que se había dado la sentencia de muerte contra él, José escribió su última carta y la dirigió a una de sus tías:

“Sahuayo, 10 de febrero de 1928.
Querida tía:
Estoy sentenciado a muerte. A las ocho y media de la noche llegará el momento que tanto he deseado. Te doy las gracias por todos los favores que me hiciste tú y Magdalena. No me encuentro capaz de escribir a mi mamá: tú me haces el favor de escribirle. Dile a Magdalena que conseguí que me permitieran verla por última vez y creo que no se negará a venir (para que le llevase la Sagrada Comunión), antes del martirio. Salúdame a todos y tú recibe como siempre y por último el corazón de tu sobrino que mucho te quiere… Cristo vive, Cristo reina, Cristo impera y Santa María de Guadalupe.
Firmado: José Sánchez del Río,
que murió en defensa de la fe.”


El viernes 10 de febrero de 1928, cerca de las 6 de la tarde, sacaron al valiente niño cristero del templo convertido en prisión y lo trasladaron al cuartel. Al acercarse la hora de su sacrificio, los soldados del gobierno comenzaron por desollar-le los pies con un cuchillo, pensando que José se ablandaría con el tormento y terminaría pidiendo clemencia a gritos, pero se equivocaron. Al sentir los tremendos dolores en su propio cuerpo, José pensaba en Cristo en la cruz y se lo ofrecía todo mientras gritaba ¡Viva Cristo Rey!

A continuación, los soldados lo sacaron a golpes e insultos del cuartel y le obligaron a caminar descalzo con sus pies heridos por las calles empedradas rumbo al cementerio. Su martirio llevaba ya algunas horas, pues pasaban las 11 de la noche cuando llegaron al camposanto. Los verdugos aún querían hacerlo apostatar de su fe aplicándole esos bárbaros tormentos, pero no lo lograron. 

Dios le dio la fortaleza para caminar hacia el sitio de su martirio gritando vivas a Cristo Rey y a Santa María de Guadalupe, en medio del asombro y edificación de todos los presentes. Llegados al cementerio, se paró al borde de su propia fosa mientras seguía vitoreando a Cristo Rey. Los verdugos acribillaron su cuerpo maltratado a puñaladas, hasta que el capitán de la escolta decidió acabar con todo y disparó con su fusil a la cabeza del mártir, que ya se encontraba derrumbado en la fosa. Sus últimas palabras fueron “¡Viva Cristo Rey! ¡Viva Santa María de Guadalupe!” 

La conmoción y silencio respetuoso de los espectadores eran indescriptibles. Se oían suaves los sollozos de la madre 


de José, que lo acompañó hasta el último momento mientras rezaba por su hijo. Los habitantes del pueblo nunca habían presenciado algo semejante; los mismos soldados federales, que actuaron de mala gana obedeciendo las órdenes, estaban admirados de tanta valentía. 


El cuerpo del niño mártir cayó en la fosa y quedó ahí sepultado como el de un animal, sin ataúd ni mortaja. Así recibió directamente las paladas de tierra. Eran las 11:30 de la noche del viernes 10 de febrero de 1928. El mártir de Cristo Rey entraba en la gloria, pero dejaba a todos sus paisanos y a los demás compañeros cristeros un ejemplo de valentía y de fidelidad a la santa causa, que sólo se podía explicar sabiendo que el mismo Jesucristo le había dado la fortaleza para comportarse como un auténtico mártir. 


Años más tarde, sus gloriosos restos fueron exhumados y descansan hoy en la cripta de los mártires del templo del Sagrado Corazón de su pueblo natal. El día de su beatificación será el 20 de noviembre de 2005.




Conclusión
José Luis es un mártir de Cristo Rey que supo estar a la altura de la misión durante las difíciles circunstancias que le tocó vivir, en un ambiente de guerra y odio contra la fe y de persecución sangrienta. Él, al igual que numerosos mártires de Cristo Rey, dio su vida generosamente por defender sus valores más preciados, y ofreció a México y a todo el mundo un ejemplo de heroísmo como el de los primeros mártires de las persecuciones romanas. Los mártires cristeros forman un grupo de los mejores hijos que México ha dado a la Iglesia. 

Vocaciónde mártires


Podemos preguntarnos qué fue lo que movió a José Luis a dar su vida, a sus 14 años de edad, con toda la fuerza de la juventud en sus venas y el ímpetu de los grandes ideales en su corazón. Él ofreció su vida por mantenerse fiel a Jesucristo, su Amigo, y porque le había jurado seguirle hasta la muerte si era preciso.
Ciertamente, Dios lo escogió a él para ejemplificar la vocación al martirio de sangre, porque las circunstancias en que le tocó vivir, en el México de aquellos años, eran de persecución abierta contra la Iglesia. Pero José Luis se mantuvo fiel a Cristo Rey. En lugar de llevar una vida cómoda y sin riesgos, en vez de ocultarse por miedo o de mentir para salvar la vida, prefirió afrontar las torturas cuando los soldados lo hicieron prisionero.
José Luis fue fiel a su conciencia y a su palabra para no traicionar a sus compañeros cristeros, porque la fortaleza de Cristo lo sostuvo durante las duras horas de la prueba. Fue fiel a Cristo hasta el fin y mereció la corona del martirio, porque amaba a Cristo Rey como a su mejor Amigo.

lunes, 14 de octubre de 2013

¿ERA JUDAS MÁS HUMILDE QUE JESUCRISTO?

"Seis días antes de la Pascua, Jesús fue a Betania, donde vivía Lázaro, a quien él había resucitado. Allí hicieron una cena en honor de Jesús; Marta servía, y Lázaro era uno de los que estaban a la mesa comiendo con él. María trajo unos trescientos gramos de perfume de nardo puro, muy caro, y perfumó los pies de Jesús; luego se los secó con sus cabellos. Y toda la casa se llenó del aroma del perfume. Entonces Judas Iscariote, que era aquel de los discípulos que iba a traicionar a Jesús, dijo:
¿Por qué no se ha vendido este perfume por el equivalente al salario de trescientos días, para ayudar a los pobres?
 Pero Judas no dijo esto porque le importaran los pobres, sino porque era ladrón, y como tenía a su cargo la bolsa del dinero, robaba de lo que echaban en ella".  Juan 12

En este pasaje del Evangelio, se nos viene a mostrar la actitud hipocrita de Judas, que apelando a una Falsa Humildad escondía en su corazón la ambición y maldad de un ladrón. Hoy en día, una legión de ineptos, tontos útiles o bienintencionados ignorantes, aplaudiría el gesto de Judas como una muestra de humildad propia de un verdadero siervo del Señor, mientras que a Jesús, se le calificaría de vividor afín a lujos y placeres mundanos. La cosa ya sabemos cómo acabó, Judas traicionó a Cristo con un gesto de amor (un beso), y Jesús acabo caminando, este sí, con verdadera humildad, hasta su Pasión y Muerte por todos nosotros.

Hoy en día, se alzan las voces de los que quieren una Iglesia pobre (pobre de espíritu diría yo), como en tiempos de Jesucristo se acusa al Cuerpo Místico de vivir rodeado de lujos y placeres, y se exige hipócritamente que la Iglesia se despoje de sus bienes y se lo de a los pobres, como Judas con Cristo. En realidad, a estos Señores les importan un bledo los pobres, lo que quieren es empobrecer al Cuerpo Místico de Cristo y despojarlo de su dignidad, y no me refiero solo materialmente, sino lo que es mucho más preocupante, espiritualmente. Cuidado pues con estas serpientes de lengua bífida que al igual que Judas hacen gala de una Falsa Humildad, pero que son Traidores, y que capaces de apelar a un gesto de amor como Judas, quieren entregar al Cuerpo Místico de Cristo a los poderes mundanos para ser nuevamente crucificado y muerto. Ellos tendrán su parte en el estanque de fuego junto al hijo de la mentira.


Por: Antonio M.R.


domingo, 13 de octubre de 2013

ENTREVISTA CON EL PADRE MALACHI MARTIN SOBRE EL TERCER SECRETO DE FATIMA

QUE CADA CUAL SAQUE SUS PROPIAS CONCLUSIONES.

Pensamiento Disidente rechaza las posturas sedevacantistas, y por tanto no comparte la "interpretación" que los autores de este vídeo hacen sobre la entrevista al Padre Malachi Martin, pero por lo interesante de la entrevista, la reproducimos dejando al libre discernimiento del lector las conclusiones que pueda sacar de la misma.

 “La pérdida de la fe en la Iglesia, la apostasía, saldrá de la cúspide de la Iglesia”. (Cardenal Mario Luigi Ciappi sobre el Tercer Secreto de Fátima).