Los medios de comunicación han guardado absoluto silencio sobre el asesinato del activista anti aborto Jim Pouillon, muerto a tiros el pasado 11 de septiembre ante el Owosso High School, ante la cual rezaba y sostenía un cartel con la foto de un recién nacido. Pouillon era completamente contrario al uso de la violencia. Este silencio cómplice establece una llamativa la diferencia con las ruidosas campañas que esos mismos medios organizan las pocas veces que una clínica-matadero es atacada, o que un médico abortista es ejecutado (recordemos que esos médicos cometen miles de asesinatos, con lo que se cumple la cínica consigna de Stalin “un muerto es una tragedia, un millón de muertos una estadística”).
No es mi intenciÓn establecer un paralelismo entre una persona honesta y defensora de la vida, y un asesino en serie que provó de su propia medicina, pero la manipulación evidente a la que la sociedad es sometida por parte de los medios de comunicación asquea hasta la más paciente de las personas, el silencio de los medios es complicidad con el asesinato y es legitimar la violencia contra los que defienden la vida, unos medios que en casi su totalidad están en manos de las mismas logias y lobbies que han llevado a este mundo al borde del más profundo de los precipicios.
JIM POUILLON DESCANSA EN PAZ, NUESTRA SANGRE CONTRA SU PODER!
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