Todos los intentos de aproximación y de concesiones unilaterales aceptados por el gobierno español de la partitocracia PPsoe ( incluimos al ridículo ex-ministro Piqué en el lote ), aceptando la ampliación del aeropuerto, las facilidades de tránsito y la disminución de controles en el espacio terrestre y marítimo, el uso descontrolado de su puerto como taller de reparaciones de submarinos nucleares o la instalación de redes de telecomunicaciones donde nosotros poniamos el gasto y los gansteres de la roca el uso, solo han servido para envalentonar a los sucesivos alcaldes-"ministros principales" del Peñón y dar aire a sus pretensiones de casi-independencia bajo el cómodo paraguas británico.
¿ Y quien ha consentido esto ? La mal llamada diplomacia española, que ha vuelto a cometer otro de los patinazos a los que tan frecuentemente nos tiene acostumbrados. Menos palabrería y más firmeza ante los desafíos de un pueblecito repoblado astutamente por los ingleses con elementos foraneos que solo conocen el interés mercantil. No se lo pongamos fácil, y demosles la espalda, es nuestro derecho.
Por: Juan S. Tortosa.
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