De esta constatación, podemos deducir con lógica que la URSS o China tuvieran unas aspiraciones expansionistas, conseguidas efectivamente sobre la absorción de naciones en el gran Estado Soviético.
Las nuevas generaciones de jóvenes izquierdistas, de universitarios progres o simples snobs, dejaron allá por el mes de Mayo del 68 la doctrina marxista por el nihilismo, y mezclaron el relativismo con alguna que otra soflama de reminiscencia marxista. Si los marxistas ponían al Estado por encima de la patria, en lugar de al Estado al servicio de la patria, los nuevos jóvenes de izquierdas ni creen en el Estado, ni creen en la patria. Como consecuencia irremediable del relativismo creen en la capacidad total de decisión de los individuos sobre sus marcos de convivencia, por encima de la existencia natural de naciones o Estados, y en la única condición impositiva de la igualdad económica.
Ante esa ideología tan básica no cabe sorprenderse, no es tan distinta a la de la derecha liberal si salvamos el matiz de la imposición de una igualdad económica. El instinto de la corriente social nos mueve a pensar así.
Me sorprende sin embargo, después de analizar la primigenia ideología izquierdista y la actual, la afanosa defensa de quienes profesan esta doctrina por causas cuya naturaleza apela directamente al concepto de patria o de nación. ¿Porqué la izquierda se desvive defendiendo a Palestina? Una patria ocupada por migraciones sionistas que han sumergido a una nación histórica. La lucha palestina es la lucha contra la ruptura del surgimiento histórico natural de las naciones, frente a Israel, que es un Estado artificial sin nación, consecuencia de la influencia internacional de un determinado grupo de personas. ¿Qué sentido tiene que quienes relativizan por doctrina el concepto de la patria, se unan a causas nacionales como la del Sáhara Occidental?.
O me estoy volviendo loco, o la política ha perdido la lógica, y se ha convertido en una forma de pasar las tardes leyendo comunicados en la puerta de la facultad. Será más bien que se ven favorecidos con el pañuelo palestino, que en invierno abriga y en verano tapa la papada.
Por: Javier Tebas.
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ResponderEliminarEs cierta esa paradoja de la que hablas. Por un lado total oposición a todo lo que huela a Nación. Por otra apoyo a la obtención de la categoría de Nación de otros (Cataluña) o defensa de los derechos como nación (Sahara, Palestina).
ResponderEliminarEstamos ante unos "nuevos izquierdistas" cuya ideología se basa en cosas picoteadas de aquí y allá. Un poco de socialismo marxista y un poco de anarquismo nos da esa socialdemocracia perrofláutica, que no es más que una sarta de ideas sin base doctrinal coherente alguna. Y eso cuando no se trata de alguien sin absoluta idea sobre lo que el llama su ideología.