martes, 17 de enero de 2012

ASESINOS SIN FRONTERAS

Según informa el diario La Gaceta, del grupo Intereconomía, la organización Médicos Sin Fronteras (MSF) cuenta entre sus actividades con un completo plan de «salud sexual y reproductiva» que desarrolla en «contextos humanitarios», y que incluye asistencia para «prevenir muertes, enfermedades y discapacidades relacionadas con embarazos no deseados», tal y como se desprende de su propia información oficial. Sin embargo, esta «asistencia humanitaria» no excluye la práctica de abortos, área en la que reconocen como uno de sus retos la mejora de «la respuesta médica para que sean seguros».

(La Gaceta/Intereconomía) Aunque reserva un discreto lugar en su web española a lo que llaman “aborto terapéutico”, no se muestra tan cauto cuando se trata de responder a las preguntas de quienes escriben sorprendidos al conocer tales prácticas. La Gaceta ha tenido acceso a un correo electrónico enviado por la organización, en respuesta a una usuaria de la web de MSF, que mostraba su extrañeza por el hecho de que una ONG humanitaria practique abortos. La respuesta del Servicio de Atención al Socio de MSF no deja lugar a dudas sobre las políticas de “salud sexual y reproductiva” que sigue la organización.



“Las actividades en salud reproductiva de MSF tienen como objetivo evitar los abortos mediante medidas preventivas y salvaguardar la integridad y la salud de la madre”, escriben al comienzo de su correo, “en los casos en que esta prevención no es posible, y siempre dentro de los supuestos legales, se forma a los equipos médicos para la realización de abortos seguros según las recomendaciones de la OMS”.

Después de reconocer que sus equipos practican abortos, los portavoces de la ONG añaden que incluso los llevan a cabo “en algunos países a pesar de ser ilegal”, justificando que en estos casos “MSF prioriza la vida de la madre”, y añade como argumento fundamental que “las consideraciones médicas tienen que estar por encima de las legales”.

Posteriormente, el comunicante pasa a entrecomillar la política oficial de la organización al respecto: “Allí donde se imponen restricciones legales al aborto, aunque MSF acatará la legislación nacional al respecto, la organización nunca discutirá el derecho a practicar un aborto terapéutico si una evaluación médica determina que la vida y la salud de la mujer están en peligro”. Concluyen advirtiendo que “el equipo médico tomará la decisión caso por caso y buscará soluciones dentro del marco legal”.

Protocolo
La ONG va más allá de estas indicaciones genéricas, y concreta sus políticas abortivas con un protocolo de actuación interno que manejan aquellos cooperantes de la organización que trabajan en países en los que el aborto está considerado un delito. Según denunció la Fundación Vida, un informe interno del Centro Operativo Barcelona-Atenas (OCBA) de MSF detalla cómo han de proceder los médicos para afrontar un aborto en países donde esta práctica es ilegal, para evitar problemas con la justicia. Entre las recomendaciones se alude a la participación de “un equipo extranjero”, “sin la asistencia del personal nacional, si es posible”, y se reitera la importancia de elegir “un lugar confidencial” para practicar la intervención.

Desde que en el año 2004 el Consejo Internacional de MSF diera luz verde a ofrecer el aborto “como una parte de los cuidados sanitarios especializados en reproducción”, estas prácticas se han ido normalizando en las misiones humanitarias de la organización. Hasta el punto de que el citado informe interno señala que “todas las delegaciones” de MSF-OCBA “deben contemplar la práctica del aborto en cada proyecto, sean cuales sean las razones de cada petición”.

En esta misma línea, en una memoria sobre su actuación en Corea del Norte a la que ha tenido acceso La Gaceta, la organización reconoce que facilitó material quirúrgico ginecológico, sabiendo que se emplearía para la práctica de abortos, admitiendo que “el 50% de los pacientes hospitalizados por motivos ginecológicos son por abortos”. La organización justificó esta actuación afirmando que el instrumental quirúrgico ginecológico de los hospitales en los que desarrollaban su proyecto era un foco de infecciones que estaba ocasionando graves problemas de salud.

Si en 2001 un portavoz de MSF justificaba los “servicios integrales de salud reproductiva” de emergencia, asegurando que “en algunos países el aborto es una parte importante de la planificación familiar”, actualmente, desde la organización, se alude una y otra vez al concepto de “seguridad”. Como muestra, la concisa garantía que luce en el apartado “abortos inseguros” de la versión internacional de su web oficial: “Médicos Sin Fronteras asegura que los abortos se realicen de forma segura”.

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