Omar Djellil, antiguo colaborador en Francia de SOS Racisme, denuncia en un video las contradicciones y los objetivos perversos de esta supuesta ONG creada por el socialista François Mitterand en 1984 y que, en su opinión, sólo busca la división de “la comunidad nacional” francesa. Djellil señala que el supuesto “antirracismo es lo que genera el peor racismo” y denuncia la influencia que ejercen islamistas y judíos en SOS Racisme.
Apunta en este sentido que la ONG estaría en manos del Consejo Representativo de los Israelitas de Francia (CRIF), el Consejo Francés del Culto Musulmán (CFCM) y del Consejo Representatiovo de las Comunidades Negras (CRCN), además de por el propio Partido Socialista Francés.
Estos son los principales extractos del testimonio de Omar Djellil y que están contenidos en el video que reproducimos para los lectores:
“Por aquel entonces, yo era ingenuo y no era consciente de ciertas cosas, pero ahora con la experiencia, ya veo las cosas de otra manera. Se nos instrumentalizó sin que nos diésemos cuenta. Digamos que mi primer contacto con SOS Racisme fue con Harlem en los 90 (Harlem Desir, entonces presidente de SOS Racisme).
Voy a contarte algunas anécdotas que me perturbaron. Digamos que nosotros teníamos un proceder que a veces nos dejaba confundidos. Si un negro o un moro había sido víctima de un insulto racial, de una agresión… e incluso de insultos u otros ataques pero sin que hubiera un componente racista, recibíamos entonces de la directiva nacional la orden de tratar el caso y de explicarlo siempre como un asunto racista. Pero déjame contarte dos casos muy elocuentes:
El chico se llamaba Juean Pierre. Se encontraba paseando por la calle con su mujer -ambos franceses autóctonos- y una banda de gamberros del barrio les agredió y se dirigieron a nosotros. Yo militaba en la asociación cuando esta pareja vino a nosotros y nos contaron lo que les hicieron sufrir: ‘¡sucios franceses!’, ‘¡asquerosos racistas!’, ‘¡os vamos a destripar’! Y mientras a él le molían a palos, insultaban a la mujer: ‘¡sucia blanca!’, ‘¡que os jodan a todos los de vuestra maldita raza…’! Indudablemente esto es racismo. Así que se dirigieron a nosotros. Y tan pronto como la directiva nacional fue informada, ésta emitió una directiva diciéndonos: ‘Eh gente, eso es para el Derecho Común, es delincuencia en la vía pública, es sólo una agresión. Olvídense del tema’.
Esto nos chocó. Hasta ese momento no sabíamos que el racismo podía ser jerarquizado, sino que creíamos que toda persona que fuese víctima de una intolerancia podría dirigirse directamente a SOS Racisme.
En cuanto al segundo caso, un francés, también de pura cepa, salía de la discoteca. En ese momento empezaron a proferirle toda clase de insultos. Pero lo peor de este caso es que, además, le propinaron una cuchillada en la cara. La víctima se dirigió a SOS Racisme. Y ahí igual. Tan pronto lo supo la oficina nacional, nos dijeron: ‘Por favor, no habléis de este caso’.
Ante esto uno empieza a hacerse preguntas. ‘Vale que hay un sistema racial, que Francia reconoce las razas en la Constitución y que el Derecho Internacional habla de incitación al odio racial; por lo tanto, sabemos que hay razas. Lo que ocurre es que, al parecer, para SOS Racisme está la raza asiática, la africana, la eurasiana… pero no figura la raza blanca. ¿Qué pasa aquí?
Otro caso que he podido ver con el tiempo es que se trata de una agencia de reclutamiento porque, a partir de ahí, uno luego se colocaba, o bien en la UNEF-IP (sindicato estudiantil) o bien al MSJ (Movimiento de los Jóvenes Socialistas).
Y todos los responsables de SOS Racisme eran del Partido Socialista. Y, necesariamente, cuando uno evoluciona en SOS Racisme, acaba bien metido en el MSJ, como me pasó a mí en aquellos tres años, que luego permanecería diez años en la federación del Partido Socialista en Gironda.
Y alo que tiene guasa es que desde el exterior, SOS Racisme parece una asociación comprometida y que actúa bien en la lucha contra el racismo y tal… pero en realidad es un pitorreo.
Lo que sí hemos visto son muchos lugares de trabajo ficticios. A la larga, SOS Racisme se ha convertido en una especie de centro desde el cual se ofrece un empleo en esa misma asociación a las personas que no han logrado colocar en el Partido Socialista o en una lista electoral.
SOS Racisme se ha ido burocratizando cada vez más. Y se ha convertido en un lugar en que si ves a alguien que está un poco perdido, vas y lo metes. Entonces, la administración de todo ello se complica porque, a la hora de la verdad, la gente viene por el curro y no por la causa.
En SOS hay dos racismos que no puedes condenar: Cuando un judío insulta a otra raza, nunca habrá un proceso. Y otro es el racismo antiblanco, donde ocurre lo mismo.
Para SOS Racisme, si tú eres negro, asiático, moro… o si eres una mujer magrebí, o negra, y eres víctima de una discriminación, entonces vale, esto nos inteeesa. Ahora, si eres francés, abolengo, y eres víctima de un patrón judío, o de una pandilla de gamberros, -y yo he visto escenas así en directo-, que te insultan diciendo: ‘¡Francés, lárgate’!, ‘¡vosotros durante 130 años nos habéis colonizado, por fin estamos aquí para haceros la vida imposible!’, ‘¡sucio blanco!’… entonces ¿ves? Esa gente ha venido para… Yo nunca olvidaré a ese hombre, Jean Pierre (…).
(…) Por consiguiente, hay un racismo que es tenido en cuenta y otro que es ignorado. Hay un racismo mediático que hay que destacar y otro que hay que ocultar. Además, el Tribunal de Cuentas les ha pescado varias veces. Y, francamente, espero que un día esta asociación sea objeto de una importante auditoría.
SOS Racisme es en realidad una caja de resonancia del Partido Socialista. Y como todo el mundo sabe, fue Mitterand quien creó la asociación en 1984 (…). Con este tipo de prácticas han matado a Francia y hoy el antirracismo es lo que genera el peor racismo.
Este ha sido mi balance en cuanto a mi experiencia. Esto explica que muchísima gente de izquierda se haya sentido sacudido y se haya pasado a la derecha nacional”
Apunta en este sentido que la ONG estaría en manos del Consejo Representativo de los Israelitas de Francia (CRIF), el Consejo Francés del Culto Musulmán (CFCM) y del Consejo Representatiovo de las Comunidades Negras (CRCN), además de por el propio Partido Socialista Francés.
Estos son los principales extractos del testimonio de Omar Djellil y que están contenidos en el video que reproducimos para los lectores:
“Por aquel entonces, yo era ingenuo y no era consciente de ciertas cosas, pero ahora con la experiencia, ya veo las cosas de otra manera. Se nos instrumentalizó sin que nos diésemos cuenta. Digamos que mi primer contacto con SOS Racisme fue con Harlem en los 90 (Harlem Desir, entonces presidente de SOS Racisme).
Voy a contarte algunas anécdotas que me perturbaron. Digamos que nosotros teníamos un proceder que a veces nos dejaba confundidos. Si un negro o un moro había sido víctima de un insulto racial, de una agresión… e incluso de insultos u otros ataques pero sin que hubiera un componente racista, recibíamos entonces de la directiva nacional la orden de tratar el caso y de explicarlo siempre como un asunto racista. Pero déjame contarte dos casos muy elocuentes:
El chico se llamaba Juean Pierre. Se encontraba paseando por la calle con su mujer -ambos franceses autóctonos- y una banda de gamberros del barrio les agredió y se dirigieron a nosotros. Yo militaba en la asociación cuando esta pareja vino a nosotros y nos contaron lo que les hicieron sufrir: ‘¡sucios franceses!’, ‘¡asquerosos racistas!’, ‘¡os vamos a destripar’! Y mientras a él le molían a palos, insultaban a la mujer: ‘¡sucia blanca!’, ‘¡que os jodan a todos los de vuestra maldita raza…’! Indudablemente esto es racismo. Así que se dirigieron a nosotros. Y tan pronto como la directiva nacional fue informada, ésta emitió una directiva diciéndonos: ‘Eh gente, eso es para el Derecho Común, es delincuencia en la vía pública, es sólo una agresión. Olvídense del tema’.
Esto nos chocó. Hasta ese momento no sabíamos que el racismo podía ser jerarquizado, sino que creíamos que toda persona que fuese víctima de una intolerancia podría dirigirse directamente a SOS Racisme.
En cuanto al segundo caso, un francés, también de pura cepa, salía de la discoteca. En ese momento empezaron a proferirle toda clase de insultos. Pero lo peor de este caso es que, además, le propinaron una cuchillada en la cara. La víctima se dirigió a SOS Racisme. Y ahí igual. Tan pronto lo supo la oficina nacional, nos dijeron: ‘Por favor, no habléis de este caso’.
Ante esto uno empieza a hacerse preguntas. ‘Vale que hay un sistema racial, que Francia reconoce las razas en la Constitución y que el Derecho Internacional habla de incitación al odio racial; por lo tanto, sabemos que hay razas. Lo que ocurre es que, al parecer, para SOS Racisme está la raza asiática, la africana, la eurasiana… pero no figura la raza blanca. ¿Qué pasa aquí?
Otro caso que he podido ver con el tiempo es que se trata de una agencia de reclutamiento porque, a partir de ahí, uno luego se colocaba, o bien en la UNEF-IP (sindicato estudiantil) o bien al MSJ (Movimiento de los Jóvenes Socialistas).
Y todos los responsables de SOS Racisme eran del Partido Socialista. Y, necesariamente, cuando uno evoluciona en SOS Racisme, acaba bien metido en el MSJ, como me pasó a mí en aquellos tres años, que luego permanecería diez años en la federación del Partido Socialista en Gironda.
Y alo que tiene guasa es que desde el exterior, SOS Racisme parece una asociación comprometida y que actúa bien en la lucha contra el racismo y tal… pero en realidad es un pitorreo.
Lo que sí hemos visto son muchos lugares de trabajo ficticios. A la larga, SOS Racisme se ha convertido en una especie de centro desde el cual se ofrece un empleo en esa misma asociación a las personas que no han logrado colocar en el Partido Socialista o en una lista electoral.
SOS Racisme se ha ido burocratizando cada vez más. Y se ha convertido en un lugar en que si ves a alguien que está un poco perdido, vas y lo metes. Entonces, la administración de todo ello se complica porque, a la hora de la verdad, la gente viene por el curro y no por la causa.
En SOS hay dos racismos que no puedes condenar: Cuando un judío insulta a otra raza, nunca habrá un proceso. Y otro es el racismo antiblanco, donde ocurre lo mismo.
Para SOS Racisme, si tú eres negro, asiático, moro… o si eres una mujer magrebí, o negra, y eres víctima de una discriminación, entonces vale, esto nos inteeesa. Ahora, si eres francés, abolengo, y eres víctima de un patrón judío, o de una pandilla de gamberros, -y yo he visto escenas así en directo-, que te insultan diciendo: ‘¡Francés, lárgate’!, ‘¡vosotros durante 130 años nos habéis colonizado, por fin estamos aquí para haceros la vida imposible!’, ‘¡sucio blanco!’… entonces ¿ves? Esa gente ha venido para… Yo nunca olvidaré a ese hombre, Jean Pierre (…).
(…) Por consiguiente, hay un racismo que es tenido en cuenta y otro que es ignorado. Hay un racismo mediático que hay que destacar y otro que hay que ocultar. Además, el Tribunal de Cuentas les ha pescado varias veces. Y, francamente, espero que un día esta asociación sea objeto de una importante auditoría.
SOS Racisme es en realidad una caja de resonancia del Partido Socialista. Y como todo el mundo sabe, fue Mitterand quien creó la asociación en 1984 (…). Con este tipo de prácticas han matado a Francia y hoy el antirracismo es lo que genera el peor racismo.
Este ha sido mi balance en cuanto a mi experiencia. Esto explica que muchísima gente de izquierda se haya sentido sacudido y se haya pasado a la derecha nacional”
La izquierda es una ideología del Odio, cuando habia miseria proclamó el odio entre las clases, cuando las mejores condiciones sociales hicieron esteril ese discurso, proclamaron el odio entre las Razas desde un supuesto "Antiracismo" que promocionó la inadaptación social de los que venian de fuera, despues promocionaron el odio entre los sexos, fomentando el Divorcio, e incluso el Odio a la maternidad y a la Vida promocionando el aborto. Han luchando por dividir a las naciones contra si mismas para hacerlas debiles y controlables, toda la ideología emanada de Mordechai Levi (Karl Marx) sirve en su totalidad a los fines del Nuevo Orden Mundial.
Eso mismo que vd. dice sr. blogero, es lo que decía Hitler.
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EliminarDemuéstrelo, prenda, o cállese. Venga, vamos a reírnos un rato.
EliminarQue la lucha de clases propuesta por Karl Mark en su Manifiesto Comunista surge con un gran componente de odio, es más que evidente. Que el odio fuera justificado o no, es cosa que quien lo quiera interpretar, pero para mi nunca será justificado.
ResponderEliminarA.
No hay nada que interpretar. El marxismo buscó y exacerbó el odio como primer combustible. Los obreros nunca leyeron a Marx, eso era para la clase marxista dirigente. Ésta, tal como su gran rabino les indicó, inoculó el odio y la incredulidad en el alma de los europeos, que parece que se ha quedado para rato. Odio en el marximo, odio en el feminismo, odio en el anti-colonialismo, la mantequilla para el pan del marxismo no es otra cosa que el odio en su más alta potencia.
ResponderEliminarY detrás de todo ello, los eternos personajes de la aguzada nariz.
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