El nacionalismo es sin duda un sentimiento peligroso para este Nuevo Orden Mundial, por eso siempre va a tratar de vincularlo con el mayor numero de atrocidades posibles, aunque haya sido en nombre de la libertad, igualdad y fraternidad por el que se haya derramado la sangre de millones de inocentes en gulags, checas, o guillotinas, yo por tanto me declaro nacionalista español, y me declaro así porque estoy orgulloso de mi identidad nacional y del papel que mi nación ha jugado en la historia de Europa y en la historia universal y sobre todo soy nacionalista porque España es mi nación y escrito está que todo hijo debe honrar a su padre y a su madre patria en este caso, España siempre ha sido un país de tradición católica, y el nacionalismo español como defensor de la identidad nacional siempre ha defendido también los valores de esta fe, aun en tiempos de guerra y conquista nunca se obvió la dignidad humana y el valor de la vida salvo en contadas ocasiones donde el espíritu pudo llegar a ser oscurecido por las circunstancias adversas.
El nacionalismo nunca puede tener un carácter internacional pero si universal, el concepto de Hispanidad así lo demuestra, una nación puede ser unidad de destino en lo universal engrandeciendo a la vez su propia idiosincrasia, ¿Qué sería de España sin la gloria que le otorgo Hispanoamérica?¿Que sería de Hispanoamérica sin la civilización, la lengua y la fe que llevó España?, el nacionalismo en este caso fue y siempre debe ser constructivo, simbiótico y positivista, y este es el verdadero y único nacionalismo que el pueblo español puede asumir.
Hoy en día por desgracia el significado del nacionalismo a menudo se liga con conceptos muy diferentes que no son sino una corrupción del propio nacionalismo, existe un nacionalismo de exportación embadurnado de muchas ideas románticas y aparentemente atractivas pero de matriz oscura y neopagana que viene a sustituir el concepto tradicional de patriotismo, incluso se nos quiere vender como nacionalismo actitudes pandilleras, violentas y nihilitas que deberían ser condenadas sin paliativos por todos los patriotas como una consecuencia más de la degradante crisis de valores que existe en nuestra “democracia”, el nacionalista tiene que ser crítico y saber vislumbrar las trampas que el propio sistema le va poniendo en el camino, tomar una actitud de cercanía al pueblo y de servicio a la comunidad alejándose de actitudes de auto marginación y sobre todo construir un pensamiento basado en la búsqueda del bien común, sin odios ni exaltaciones vanales, apelando a los sentimientos de solidaridad nacional, de construcción colectiva y de progreso común.
Por: Antonio M.R.