No ha habido sorpresas de última hora. Tal y como se preveía, la última ronda de conversaciones sobre el programa nuclear iraní, que ha tenido lugar entre ayer y hoy en Estambul, ha concluido sin avances. A pesar de que las expectativas de casi todos los participantes se limitaban a la creación de una “atmósfera constructiva” en la que poder seguir trabajando, no ha sido posible ningún resultado más allá de esa pretendida cordialidad.
“La puerta está abierta. La decisión está en manos de Irán”, había declarado Catherine Ashton, Alta Representante para la Política Exterior de la Unión Europea, durante la rueda de prensa ofrecida esta mañana. Pero las posiciones de unos y otros no se han relajado ni un ápice. Es más, Irán ha exigido durante las conversaciones que se pongan fin a las sanciones económicas impuestas tanto por Naciones Unidas como por los EE.UU., y que se respete su derecho a enriquecer uranio “con fines pacíficos”. Ese primer punto parece imposible de aceptar para el llamado grupo 5+1 (los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad, más Alemania), y tampoco se ha logrado llegar a un acuerdo respecto al segundo.
Es probable la aplicación de nuevas sanciones a Irán por parte de EE.UU. y Gran BretañaAhora está por ver qué medidas adopta la comunidad internacional. Se acuerde o no mantener una nueva ronda de conversaciones, es probable la aplicación de nuevas sanciones, al menos por parte de Estados Unidos y Gran Bretaña, los estados que se han mostrado más beligerantes contra Irán. Ayer viernes, el ex primer ministro británico Tony Blair abogaba por utilizar la fuerza contra este país “en caso necesario”. “Es hora de sacar la cabeza de la tierra”, dijo Blair, y “actuar contra Irán con la necesaria determinación”.
“Blair debería ser juzgado en los tribunales internacionales por su participación en la guerra de Irak”, fue la respuesta de Said Yalili, negociador jefe de los iraníes, en la rueda de prensa ofrecida esta tarde. Esta hostilidad entre los participantes ha afectado, naturalmente, a las conversaciones: mientras Yalili ha mantenido un encuentro bilateral de una hora y media con Catherine Ashton, en calidad de jefa de la diplomacia europea, se ha negado a reunirse con el negociador estadounidense.
“La puerta está abierta. La decisión está en manos de Irán”, había declarado Catherine Ashton, Alta Representante para la Política Exterior de la Unión Europea, durante la rueda de prensa ofrecida esta mañana. Pero las posiciones de unos y otros no se han relajado ni un ápice. Es más, Irán ha exigido durante las conversaciones que se pongan fin a las sanciones económicas impuestas tanto por Naciones Unidas como por los EE.UU., y que se respete su derecho a enriquecer uranio “con fines pacíficos”. Ese primer punto parece imposible de aceptar para el llamado grupo 5+1 (los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad, más Alemania), y tampoco se ha logrado llegar a un acuerdo respecto al segundo.
Es probable la aplicación de nuevas sanciones a Irán por parte de EE.UU. y Gran BretañaAhora está por ver qué medidas adopta la comunidad internacional. Se acuerde o no mantener una nueva ronda de conversaciones, es probable la aplicación de nuevas sanciones, al menos por parte de Estados Unidos y Gran Bretaña, los estados que se han mostrado más beligerantes contra Irán. Ayer viernes, el ex primer ministro británico Tony Blair abogaba por utilizar la fuerza contra este país “en caso necesario”. “Es hora de sacar la cabeza de la tierra”, dijo Blair, y “actuar contra Irán con la necesaria determinación”.
“Blair debería ser juzgado en los tribunales internacionales por su participación en la guerra de Irak”, fue la respuesta de Said Yalili, negociador jefe de los iraníes, en la rueda de prensa ofrecida esta tarde. Esta hostilidad entre los participantes ha afectado, naturalmente, a las conversaciones: mientras Yalili ha mantenido un encuentro bilateral de una hora y media con Catherine Ashton, en calidad de jefa de la diplomacia europea, se ha negado a reunirse con el negociador estadounidense.
“Ha quedado claro que la parte iraní no estaba preparada para [un acercamiento constructivo], a menos que aceptásemos sus precondiciones sobre el enriquecimiento y las sanciones”, ha declarado Ashton. ”Hemos dicho muchas veces, incluyendo hoy, que reconocemos el derecho de Irán a un programa de energía nuclear civil. Pero es esencial que Irán demuestre que su programa es exclusivamente para fines pacíficos”. Algo que, según sus críticos, todavía no ha hecho. La cuestión nuclear iraní sigue en punto muerto.
Nunca ha habido voluntad real por parte de Occidente de solucionar el problema nuclear iraní de manera pacífica, pero era necesario representar ante el mundo esta engañifa teatral para justificarse ante la opinión pública cuando cometan el atroz crimen que están planeando contra toda la humanidad, una guerra total en Oriente Medio que golpeará la paz global y que está a la vuelta de la esquina, me atreveria a decir que incluso puede ser inminente.
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